Miradas
sobre el 17 de Octubre en la prensa
http://losmatuastos.blogspot.com.ar/2013/10/la-prensa-nacional-el-17-de-octubre.html
La
Nación aludió a la
concentración argumentando que al desaparecer en esa jornada todo vestigio de
autoridad del presidente Edelmiro J. Farrell, éste “actuó bajo la presión de
las turbas que acampaban en la plaza histórica en forma más lesiva quizá para la
cultura, por lo menos dada la diferencia de épocas, que la de los caudillos del
litoral en el año ’20”.
Para el periódico fundado por Bartolomé Mitre,
la del 17 había sido la “noche triste” (SIC) de la democracia argentina.
Otro diario conservador, La Prensa, propiedad de la familia Paz, no editorializó sobre los
sucesos, aunque dio amplio espacio a las declaraciones de repudio que empezaron
a proliferar en los días siguientes.
Crítica, fundado por Natalio Botana en 1913 y que
había sido un actor destacado en el golpe de Estado de 1930, tituló su edición
de la jornada de la siguiente manera: “Grupos aislados que no representan al
auténtico proletariado argentino tratan de intimidar a la población”. Y en su
interior argumentaba: “El anunciado movimiento popular de los peronistas ha
fracasado estrepitosamente, en un ridículo de extraordinarias proporciones.
En la misma línea, El Mundo decía: “Recurriendo a toda clase de métodos de coerción y
contando con una inexplicable pasividad por parte de la policía, que se negó a
intervenir en los casos en que se solicitó su protección, elementos adictos al
ex vicepresidente de la República intentaron poner en práctica un plan de
perturbación del orden tendiente a impedir la normalización institucional del
país”.
El vespertino La Razón, a su vez, expresaba: “Numerosos grupos, en abierta
rebeldía, paralizaron en la zona sur los transportes y obligaron a cerrar
fábricas, uniéndose luego en manifestación en la Capital Federal”.
Y Clarín,
de reciente aparición, encabezaba su tapa del día 18 del siguiente modo: “Una
jornada dramática vivió ayer Buenos Aires”.
Los medios de las fuerzas políticas de
izquierda, empero, fueron más allá que los diarios comerciales en su condena a
los protagonistas de la jornada. Llama la atención que todos ellos eran
considerados marginales y lúmpenes, esto es, la antítesis del “verdadero
trabajador”, supuestamente defendido por aquellas.
Desde el comunismo, el periódico Orientación sentenciaba:
“Pero
también se ha visto otro espectáculo, el de las hordas de desclasados haciendo
de vanguardia del presunto orden peronista. Los pequeños clanes con aspecto de
murga que recorrieron la ciudad no representan ninguna clase de la sociedad
argentina. Era el malevaje reclutado por la policía y los funcionarios de la
Secretaría de Trabajo y Previsión para amedrentar a la población”.
Desde el socialismo, La Vanguardia tenía un discurso similar, donde los manifestantes
peronistas eran “elementos típicos de comité; obreros municipales y del Estado obligados
por sus jefes; un conglomerado de hombres de trabajo indefinidos que,
evidentemente, por su condición ni están agremiados y poco entienden de
reivindicaciones y de problemas sociales; (…) se le añadió a todo ello una
buena dosis de elementos que viven al margen de la ley, ante la perspectiva de
sacar algún provecho de los tumultos”.